domingo, 1 de septiembre de 2013

EL GOTEO




Has estado escribiendo toda la tarde la crónica esa para la gaceta en donde trabajas, pero hace rato que algo molesta tu atención, un ruido como de una gota de agua al caer. Piensas que Luis no cerró bien la llave del lavamanos. Le gritas desde tu lugar que por favor, cierre la llave y  sigues en lo tuyo. Han pasado  diez minutos y aún persiste ese ruidito. Te levantas enojado para ir  a recriminar a tu amigo. Antes, miras la hora, son las  19 pm., tiempo de comer, te dices. Recuerdas que Luis hace poco te habló desde el pasillo, dijo algo como que luego me iré a la reunión, pero tú no le respondiste concentrado en tu trabajo. Ahora es tu turno  de sacarlo de sus casillas, le dirás que por centésima vez debe cerrar bien las llaves, que es muy molesto el ruido y no te deja concentrar.
Rápido te diriges a su cuarto, sin embargo Luis no está allí. Intrigado vas hacia la cocina, la luz está prendida. Ah, piensas, de seguro que  está cenando sin invitarme,  cretino, come solo, claro,  se come mis cosas. Entras en el cuarto, hay  un emparedado sobre la mesa y una bebida. Luis, llamas, ¿en dónde te has metido?
Pones atención pero sólo escuchas el goteo  en el baño al fondo del pasillo. Entonces, vuelves a nombrarlo, Luis ¿qué haces? Sigue el goteo, con pasos firmes te diriges ahora al baño y  golpeas la puerta. Luis abre, ¿no escuchas hombre? Con un impulso abres la puerta que no está cerrada y lo que ves te  golpea la vista. Luis está inmóvil en la bañera con un brazo colgado del que gotea la sangre, haciendo ese sonido sobre la baldosa. Luis, gritas espantado, vas hacia él y le revisas por si aún tiene signos vitales. Exclamas alarmado, Luis ¿qué has hecho, cómo y por qué? No lo puedes creer, es imposible, tu amigo es una persona muy seria,  nunca haría algo tan horrendo. Tratas de levantarlo y sacarlo de la tina. Tomas una toalla y le vendas  las muñecas. Sientes el timbre de la puerta.
Gritas, ¡ayuda por favor!, dejas a tu amigo sobre  la baldosa y corres hacia la puerta. Aterrorizado y con el rostro desencajado, abres de sopetón y  ¿adivina quien está allí? Pues nada menos que tu amigo Luis con la bolsa del pan. Lo miras, lo tocas, las palabras se han escapado de tus labios y estás a apunto de desmayarte. Luis te afirma y tú en un esfuerzo supremo, lo llevas hacia el baño. Entonces, piensas ¿quién  diablos está allí tan parecido a Luis? Mas,  cuando entran  no hay nada, está todo en orden. Le cuentas a tu amigo y él se ríe, debes haberte dormido, le dice. Toman onces y luego  Luis se va a su reunión. Tú te quedas frente a tu computador para continuar con tu  crónica y en ese instante, comienza de nuevo, el goteo en el baño...


7 comentarios:

  1. Rocío L'Amar le hice comentario en su momento, comadrita, abrazos, Ro
    September 4 at 11:27pm ·

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  2. Marianela Puebla Por supuesto comadre y se agradece, besitos de Marianela.
    Yesterday at 10:42am

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  3. Joaquina Sánchez Fernández Muy bueno ,amiga....linda tarde para ti.Besos!!

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  4. Hola estimada Joaquina, que bueno que te gustó mi cuentito, besitos para ti de Marianela.

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  5. Marianela, me gustó mucho tu cuento, el ritmo sobre todo; resulta ágil, intrigante, y el final, perfecto. Te felicito nuevamente.

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  6. Gracias estimada Amandita es mi género predilecto, la intriga y el misterio,jeje. Que tengas unas lindas fiestas bien bailadas y zapateadas. Cariños de marianela.

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  7. Gracias estimada Amandita es mi género predilecto, la intriga y el misterio,jeje. Que tengas unas lindas fiestas bien bailadas y zapateadas. Cariños de marianela.

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