viernes, 15 de enero de 2016

A LAS CERO HORAS





Justo a las cero horas de la noche, del día 24 de diciembre, un  anciano gordito corría desesperado y desnudo cerca del Mapocho. Se veía muy mal, con un ojo hinchado por un golpe, además de cabellos y barba  desgreñados. Pedía ayuda, que alguien detuviera a los ladrones y llamara a  carabineros.  Hablaba de que lo habían asaltado cuando el semáforo estaba en rojo,  algo así como un “portonazo”. Fueron ocho individuos con cara de duendes malos. Lo peor era que  podría perder  la pega, pues le robaron su trineo, un Lamborghini, sus perros disfrazados de renos, toda su ropa y los bolsones que eran de gran valor para los niños. Por cierto los desalmados, le dieron un combo en el ojo izquierdo, por tratar de creerse el Viejito Pascuero.

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