viernes, 1 de enero de 2016

CREPUSCULAR




Se desglosa la tarde en mil partículas
como las cuentas de un rosario al caer.
Un suave deslizar de hojas
al roce del césped,
lanza un breve lamento seco.

Las aves revolotean en busca de un nido
y otras enfilan su adiós hacia lejanos lares.
Un barco de carga silba en el viento
su lamento de fierros,
va dejando sus lágrimas
en una estela que cruza el mar.

Los cerros se bañan con los últimos rayos
y los arreboles se disputan el cielo.
La araña va tejiendo de sombras el atardecer
y poco a poco avanza sobre los tejados.

El gato despierta y se lame los bigotes,
mientras el perro se acomoda en un rincón
 y, en el hueco de mis pupilas voy recolectando
los brillos de la noche
cuando sacude su negra cabellera.

Todo se desglosa en magníficas circunstancias
al caer el telón del día.




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